Logros y fracasos de la regulación

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Gaspar Ariño Ortiz

Resumen

Este trabajo está centrado en la mejor manera de implementar el proceso regulatorio. Al concentrarnos en sus logros y fracasos, sugiere el profesor Ariño, la evolución de la “vieja” a la “nueva” regulación muestra algunos requisitos y necesidades que no deben ser desconocidos o despreciadas. Usando este procedimiento, el autor explica el modo en que podemos evitar riesgos regulatorios mediante la consideración de la regulación como un contrato implícito entre los inversores, la Administración y los usuarios. “Los servicios públicos y sus infraestructuras son en la mayoría de los casos capital privado adelantado para la cobertura de necesidades generales”, dice, lo que requiere un vínculo contractual que determine cómo puede hacerse. La ponencia muestra varios posibles errores regulatorios, apuntando hacia su corrección. Éstos son, por ejemplo, una definición errónea de los mercados, o el uso de unos términos de comparación equivocados y equívocos. Según el autor, la regulación es una obra de arte de precisión, que demanda la dedicación y concentración de un relojero habilidoso (de los viejos buenos tiempos de la relojería mecánica) y el compromiso de un fiel perro guardián. En suma, el primer paso hacia una buena regulación consiste en reconocer su capacidad de éxito y fracaso, tal como se presenta en esta ponencia.

Detalles del artículo

Sección
Doctrina: Estudios e Investigaciones
Biografía del autor/a

Gaspar Ariño Ortiz, Universidad Autónoma de Madrid

Catedrático de Derecho Administrativo, Universidad Autónoma de Madrid, España.